Apuntes sobre la guerra civil siria I


En el año 2012, escribí esta entrada. Vale como punto de partida para retomar aquí el análisis de lo ocurrido en los últimos tiempos.

La pregunta "¿por qué no se actúa en Siria como en Libia?" tiene un doble sentido. Por un lado, puede ser una pregunta retórica destinada a mostrar por comparación las irregularidades de la operación contra Gadafi, en su aspecto jurídico o moral. Por otro, es una pregunta estratégicamente relevante, porque muestra la percepción occidental ante las crisis del globo, de las que Siria es sólo la más actual.
¿Qué factores ayudan a entender que occidente de encoja de hombros ante las matanzas de Assad? Sólo por apuntar, y sin agotarlos, citaría al menos cuatro.



1) El primer factor hace referencia a la propia personalidad del régimen y a la de la sociedad siria. El primero se nos muestra más hostil y ajeno que el libio -amigo de Europa hasta hace que cinco meses ésta decidió bombardearle-, más despiadado y peligroso. Más de temer, en suma, para el desorientado Occidente, que no sabe qué esperar. Y es que aunque prezca banal, simplemente el siniestrísimo Assad da más miedo que el caricaturesco Gadafi, y parece tener un sólido régimen.

La sociedad siria, fragmentada tribal y religiosamente, ha llevado a que las cancillerías europeas teman -con razón o sin ella- a el fantasma de una guerra civil, que entre otras cosas sería letal para la comunidad cristiana en el país. Un colapso y un estadio violento entre sunníes, chiíes o incluso cristianos o kurdos, más tribus enfrentadas. La verdad es que en Libia se entró ya en mitad de una guerra civil, pero los europeos no quisieron considerarla como tal: lo que explica que ahora no sepan bien que hacer con ella... Ni locos agitarían ahora el avispero sirio, al que temen más que al libio.

2) En segundo lugar, el factor geográfico: al borde del Mediterráneo, entre los efervescentes Egipto y Túnez, junto a la inestable Argelia y abierta al África negra, Libia preocupa a Europa. Más aún desde que la soberbia de Gadafi le llevó a amenazar el tráfico marítimo por el "mare nostrum". Libia es un problema europeo. Mientras, Europa piensa que Siria queda muy lejos y que preocuparía, a lo sumo, a Israel o Turquía, por distintas razones. Sólo Francia y Estados Unidos han mostrado tímidamente preocuparse por las repercusiones geográficas. Que son enormes tanto para los israelíes como para libaneses o iraquíes -para todo el globo, en suma-, pero ¿desde cuando éstos desvelan el sueño a los europeos?

3) Tercero, y quizá el peor factor por su significado histórico: Gadafi es un gobernante desasistido y sin aliados, mientras Assad se ha convertido en pieza fundamental del expansionismo iraní. Mientras Libia era territorio "libre" de contratiempos, en Siria la presencia de iraníes se complementa con la de las guerrillas de Hezboláh. Las armas de éstos, llegadas de Teherán, son más temibles que las libias.

Y sobre todo, la cobertura iraní. Mientras entre 2001 y 2003 se obligó a Gadafi a desmontar su incipiente programa nuclear, el de Irán (también en su "weaponization", su montaje en proyectiles de tipo variado, incluídos ICBM) no se ha conseguido detener. Con una política activa en el mundo, de Venezuela a Afganistán, se teme a Irán también en Siria. Así que la actitud occidental en Siria se parece mas a la tomada ante la represión iraní de 2009 que a la libia de 2011: estupor y parálisis.

4) En cuarto lugar, están los propios males occidentales: origen quizá del problema. Por un lado el pacifismo de sus sociedades; por otro, el agotamiento militar de sus ejércitos. Respecto a lo primero, no es raro oír quejarse sobre la pasividad occidental a los mismos que rechazan por principio la guerra y se indignan ante los bombardeos. Pero pensar que se puede frenar a Assad sin emplear la fuerza o amenazar con hacerlo es una ingenuidad muy propia de nuestras sociedades. A la pregunta "¿por qué no se actúa como en Libia?", le debe sustituir otra pregunta: "¿está la opinión pública occidental dispuesta a comenzar una espiral disuasiva o persuasiva de difícil pronóstico?" "¿comenzar otra rueda que podría terminar en ataques, explosiones y víctimas bajo los escombros?" Porque ésta es la única alternativa cuando un régimen ha volatilizado todos los límites.

El agotamiento militar occidental es más evidente. A los Estados Unidos, espoleados por Obama, les falta tiempo para repatriar a sus cuerpos expedicionarios de Irak y Afganistán: su participación en
Libia, a regañadientes y arrastrado por Francia e Inglaterra, ha mostrado que por el Capitolio soplan vientos aislacionistas, tanto entre republicanos como entre demócratas. Y en tiempos de crisis, los recortes amenazan con cebarse más en el Pentágono. Ni la flota de portaaviones que hoy patrulla los océanos parece librarse de los ajustes.
Y de Europa, mejor no hablar: los europeos se las ven y se las desean para mantener una operación mediana en Libia, para la que simplemente no tienen dinero. Los recortes militares en los países de la UE los incapacitarán para sostener operaciones lejanas por mucho tiempo. ¿Cómo no comprender el desprecio de los tiranos del mundo ante la desdentada Europa?

En fin: cuatro factores que explican la actitud occidental ante lo ocurrido en Siria, aunque puedan no justificarla, que es otra cuestión. En verdad, son razonamientos discubles, pero presentes en cualquier caso. No parece solo pasividad, sino una mezcla de pasividad con impotencia: no se puede actuar porque no se quiere, y no se quiere actuar porque no se puede.
Lo cual es típico de países que pierden su sitio en un orden internacional nuevo

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